Las cortes culminaron un proceso revolucionario a pesar de las dificultades y de la procedencia de sus integrantes.
Fenómenos que fueron coyunturalmente cruciales:
- El contexto de la guerra "patriótica"
- La ausencia, en cautividad, del monarca
- Las peculiaridades de la ciudad de Cádiz
- El peso y la conciencia de una situación de crisis económica y la urgencia de aplicar reformas (desde Carlos III)
- Protagonismo del pueblo frente a los franceses y ante el cual los poderes tradicionales se sienten amenazados.
Pulso entre viejos y nuevos poderes.
Las derrotas de 1809 llevan a la Junta Central acosada por las críticas y por el Consejo Supremo de España (que integraba todos los anteriores consejos) a depositar el gobierno en manos de una regencia (31 de enero de 1810) integrada por :
- El Obispo de Orense.
- Francisco de Saavedra
- El general Castaños
- El general de marina Antonio Escaño
- Esteban Fernández de León (luego Lardizábal y Orive)
Junto a la creación de la regencia y su reglamento de funcionamiento, la Junta antes de disolverse estable un decreto de convocatoria de cortes y una detallada instrucción de cómo se debían convocar. La regencia fue remisa a su convocatoria pero las criticas y su dependencia de la junta local de Cádiz (dirigida por comerciantes ricos) la obligaron a cumplir sus compromisos, aunque confiando en que una preparación caótica de las cortes fuera a desembocar en el descrédito de estas. Así se explica el "dejar hacer" de la regencia, que lleva, por ejemplo, a que las cortes convocadas como estamentales se resolvieran en una asamblea unicameral.
La guerra iba a favorecer al campo de los liberales, pues, muchas provincias estaban ocupadas y no pudieron designar y enviar a sus representantes. Sólo las regiones periféricas, donde existía una importante burguesía comerciante abierta a las nuevas ideas, lograron trasladar por mar a sus representantes. No se remitieron la convocatoria al clero y a la nobleza. Las Cortes tuvieron que completarse en la propia ciudad, sede fundamental del liberalismo hispano.
Composición según Fernández Almagro:
97 Eclesiásticos
8 títulos del reino
37 militares
16 catedráticos
60 abogados
55 funcionarios públicos
15 propietarios
9 marinos
5 comerciantes
4 escritores
2 médicos
Con esta correlación de fuerzas es normal que el diseño del nuevo Estado fuera liberal aunque ¿Cómo podía reconocerse en estas Cortes el campesinado, que por otra parte estuvo a la cabeza en la lucha contra los franceses?. (Aymes)"
En la primera sesión de Cortes tuvo lugar el discurso de apertura de Muñoz Torrero anunciando el objetivo primordial de la Cámara: constituir un nuevo régimen político. El mismo propuso el primer decreto de las Cortes generales y extraordinarias en el que se promulgaba que solo en ellas residía la soberanía nacional (texto), esta cuestión pronto dividiría a los diputados en absolutistas o serviles, para los que la soberanía descansa únicamente en el monarca, y los liberales para los que la nación está por encima del soberano.
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